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4 Enero, 2011

El "julepe chileno" / Diario La Tercera

Pienso que no tenemos la "enfermedad holandesa", pero el miedo a tenerla puede ser tan inmovilizante como la propia enfermedad. Cada vez que tenemos un ciclo de apreciación del dólar reaparece el fenicio de la enfermedad holandesa (EH). El término proviene de la declinación del sector manufacturero holandés durante los años 70 y 60,

Pienso que no tenemos la "enfermedad holandesa", pero el miedo a tenerla puede ser tan inmovilizante como la propia enfermedad.

Cada vez que tenemos un ciclo de apreciación del dólar reaparece el fenicio de la enfermedad holandesa (EH). El término proviene de la declinación del sector manufacturero holandés durante los años 70 y 60, luego del descubrimiento de grandes yacimientos de gas natural en 1959. El descubrimiento generó demanda por trabajadores calificados muy bien pagados y enormes ingresos al Estado que aumentaron la generosidad del sistema de bienestar. Esto encareció a los trabajadores para los demás sectores exportadores, los que perdieron competitividad y declinaron.

La EH se expresa en el tipo de cambio, porque éste refleja el costo de los recursos no transables de un país. Cuando las propiedades y los trabajadores de un país son caros, todo lo que se transa en su moneda es caro y, por ende, su moneda vale más: se "aprecia". Si uno mira fríamente las cifras de producción, empleo o exportación de los sectores exportadores no mineros en Chile no se ve evidencia contundente de EH, la verdad. Esto no es nuevo, si uno retrocede al episodio de apreciación fuerte del peso en 2007 y 2008, muchos hablaron de EH, pero tampoco hubo nunca demasiada evidencia dura. Las exportaciones, la producción y el empleo en los sectores no mineros continuaron creciendo a tasas bien considerables… y eso que en esa época estos sectores estaban viviendo la famosa crisis del gas argentino (¿se acuerdan?). Bueno, hoy día tampoco se ve mucho. Yo pienso que no tenemos "enfermedad holandesa" propiamente tal, sino una versión más blanda de lo mismo que llamaremos "julepe chileno".

El "julepe chileno" tiene la misma causa: un bien básico (commodity) que es tremendamente valioso, que aprecia la moneda y encarece los factores para los demás sectores exportadores. Lo que es diferente es que no los liquida (continúa siendo rentable en Chile ser exportador de alimentos y productos silvícolas), pero sí empeora los prospectos sectoriales. Hace que el futuro no se vea tan auspicioso y aumenta el conservadurismo.

En gran medida, la innovación consiste en probar en la producción y comercialización de nuevos sectores que tienen, inicialmente, bajos márgenes. A veces la innovación consiste, incluso, en partir con márgenes negativos. La diversificación productiva surge al atreverse en cosas nuevas e ir aprendiendo a hacerlas mejor; volviéndose más competitivo a medida que se mejoran técnicas de producción, se profundizan presencias en mercados y se gana en escala. El "julepe chileno" consiste en creer que el período de márgenes pequeños o negativos será mucho más largo, en que la probabilidad de consolidar una posición competitiva será menor y que, por ende, es menos conveniente arriesgarse en nuevos sectores. El julepe es el miedo a la "enfermedad holandesa", no su presencia, pero puede ser igual de inmovilizante. El julepe no se expresa en los sectores de hoy, sino en los del futuro, por lo que sería más difícil de detectar. Pero puede estar ahí.