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18 Noviembre, 2009

GUILLERMO CALVO OFRECE SEMINARIO CON EL DEPARTAMENTO DE ECONOMÍA

Destacado economista argentino, autor de varias publicaciones y Director del Programa de Economía Política, dicta seminario en DECON.

Guillermo Calvo, destacado economista argentino, es profesor de economía y de asuntos públicos e internacionales de la Universidad de Columbia, Estados Unidos, y director del Programa de Economía Política. Es autor de varios libros y publicaciones y es reconocido por sus aportes a la macroeconomía de países emergentes.


En su paso por Chile invitado por el Departamento de Economía de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, el académico ofreció un Seminario cuyo tema central fue “Crisis financieras internacionales ¿Qué hemos aprendido?”, y al cual asistieron importantes autoridades del mundo económico y financiero chileno, además de académicos de Decon y alumnos de postgrados de diferentes casas de estudio.


En entrevista exclusiva con el Departamento de Economía, el profesor se refirió a tres áreas de la economía: al riesgo moral, que se genera porque las instituciones financieras no internalizan sus riesgos o bien cuando aumentan su riesgo sabiendo que el Estado los respaldará; a las políticas restrictivas como tasas de interés y a los paquetes de rescate financiero, entre otros.



¿Qué mecanismo cree usted necesario implementar para evitar el riesgo moral de los bancos y otras instituciones financieras?

Creo que el tema del riesgo moral, es un asunto importante que no se debe ignorar, porque se corre el riesgo de paralizar el sistema financiero.


El problema que tenemos actualmente es que este sistema financiero no está prestando dinero y eso está frenando la economía real.


En el mediano plazo se deben buscar maneras de evitar el riesgo moral, pero en el corto plazo, sin embargo, a veces hay que actuar en la dirección opuesta y dar apoyo financiero.


En el largo plazo no tengo soluciones puntuales y esto es parte del debate. A mi manera de ver las cosas, es que se dejó desarrollar el sistema financiero bancario sin un Banco Central que lo protegiera. Por lo tanto, parte del problema no es que los bancos se hayan portado mal, si no que por su naturaleza, cuando estas instituciones prestan dinero, lo toman a corto plazo y lo prestan a  mediano y largo plazo.
De hecho, los bancos siempre están sujetos a las corridas bancarias.


Creo que hay que poner sobre la mesa el tema del riesgo moral y el tema del prestamista en primera instancia. Si este último hubiese sido más efectivo, muchas de las consecuencias negativas de la crisis no hubieran ocurrido.


Es por esto que antes de cualquier medida, es el Banco Central el que tiene que actuar sobre el riesgo moral, para lo que tiene que conocer los datos de los bancos y la información que manejan.


¿Cuál cree usted que fue el papel que jugaron los paquetes fiscales de ayuda implementados por los países emergentes?


No creo mucho en los paquetes fiscales. En las economías hay ahorristas y desahorristas, siendo el sistema financiero el puente entre ambos.


En una economía normal los recursos de los ahorristas se traspasan a los segundos. Pero cuando el puente falla por falta de supervisión, el ahorro no tiene dónde ir, y comienzan las soluciones orientadas a evitar que la economía se derrumbe (que es lo que hace la política fiscal), pero no reestablecen el sistema financiero.


Por esta razón el sistema fiscal no ataca el problema de raíz, es sólo un paliativo, una medida de corto plazo. Yo prefiero la política monetaria y crediticia, es decir, reestablecer el puente.


En economías emergentes como la chilena ¿cree usted que ya salieron de la recesión?


Las economías emergentes están saliendo de la crisis y se están recuperando; aunque debo reconocer que me sorprendió mucho la forma en que afectó a Chile.


Aquí se sacó crédito, fue el corte más fuerte que pude detectar en América Latina. Chile es un país pequeño, integrado… pero sería milagro que no lo afectara.


Para mí, dejando de lado casos individuales, fue sorprendente constatar que todavía somos tan vulnerables a las crisis externas; es decir, cuando hay shocks importantes en el mundo, se deja mucho ver su influencia sobre América Latina; a pesar de que se porta muy bien.