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24 Julio, 2025

Investigación de profesora Rivera evalúa programa que mide calidad del aire en Los Ángeles: se reduce la contaminación, pero aún enfrenta desafíos

Investigación de profesora Rivera evalúa programa que mide calidad del aire en Los Ángeles: se reduce la contaminación, pero aún enfrenta desafíos

Los Ángeles es la capital de la Región del Biobío, hogar de más de 200 mil personas y una de las ciudades más contaminadas de Chile y Latinoamérica. Cada invierno, la ciudad enfrenta una amenaza silenciosa que afecta también a otras ciudades de la zona centro sur del país: el uso intensivo de leña para calefacción, que genera altos niveles de contaminación atmosférica. Esta práctica impacta directamente no sólo en la salud de la población, pues una excesiva contaminación del aire puede llevar a un aumento de enfermedades respiratorias y cardiovasculares, especialmente entre los grupos más vulnerables −niños, adultos mayores y personas con enfermedades preexistentes− que deriva en el colapso de los servicios de urgencia, sino también en la calidad de vida de las personas que viven en las zonas contaminadas, quienes ven limitadas sus posibilidades de realizar actividades al aire libre y presentan mayor ausentismo laboral y escolar.

En este contexto, la investigación de la profesora FEN Nathaly Rivera y el estudiante de Magíster Cristian Concha midió el impacto del Programa de Gestión de Episodios Críticos (PGEC) que restringe el uso de leña durante episodios de preemergencia y emergencia ambiental para proteger a la población. El estudio determinó que, efectivamente, estas restricciones logran reducir las concentraciones de material particulado grueso y fino (MP10 y MP2,5), pero sólo durante los días en que se decretan emergencias ambientales y mientras las restricciones se mantienen vigentes.

“Este hallazgo es muy relevante porque demuestra que la restricción al uso de la leña puede ser efectiva para reducir la contaminación, pero se trata de descensos de carácter temporal y en muchos casos insuficientes para alcanzar los estándares de calidad del aire recomendados por estándares nacionales e internacionales”, sostiene la profesora Nathaly Rivera. En ese sentido, agregó que su investigación confirma que este tipo de políticas pueden ser usadas en momentos críticos, pero que “deberían ser complementadas con políticas de largo plazo que no sólo sean más eficientes económicamente, sino que también ayuden a cambiar patrones de comportamiento”. 

De acuerdo con esta investigación, el Plan de Descontaminación Atmosférica (PDA) requiere mayor fiscalización, mejoras en el programa de recambio de calefactores y de los subsidios para aislar térmicamente las viviendas, junto con campañas de educación a la comunidad. Asimismo, el estudio constata que el PDA aporta evidencia empírica que puede ser utilizada para ajustar y fortalecer los planes de descontaminación de otras ciudades del país cuya contaminación proviene de agentes contaminantes similares a los de la ciudad de Los Ángeles. 

El estudio utilizó herramientas econométricas, es decir, métodos estadísticos avanzados que se usan frecuentemente para evaluar políticas públicas. En este caso, se analizaron los efectos de las restricciones al uso de leña para saber si realmente logran reducir la contaminación del aire. Para ello, se compararon los niveles de contaminación en días con restricciones antes y después de que se implementara el programa en Los Ángeles (entre 2018 y 2022), usando como referencia los datos de años anteriores (2013-2017), cuando habrían ocurrido episodios similares.

Además, se analizó qué pasaba con la contaminación en una ventana horaria antes y después de que se decretaban las restricciones, con el objetivo de detectar cambios inmediatos. Ambos enfoques se complementaron con distintas pruebas para comprobar la solidez de los resultados, incluida la comparación con una ciudad vecina que no aplicó estas medidas y otros análisis alternativos de los datos.

Gracias a estos análisis, se evidenció que sólo las restricciones más estrictas (emergencias) logran reducciones significativas en la contaminación del aire.  

Por último, el trabajo de Rivera y Concha contribuye al debate global sobre cambio climático porque demuestra que reducir la contaminación no solo es un problema ambiental local, sino también una amenaza para la salud pública y la equidad social. Además, refuerza la necesidad de avanzar respecto a la transición energética, debido a que la combustión a leña libera material particulado peligroso y gases de efecto invernadero, por lo tanto, es indispensable incentivar políticas públicas como la sustitución progresiva de estufas tradicionales por sistemas de calefacción más limpios y eficientes, como los calefactores a pellet, que permitirían disminuir las emisiones que contribuyen el calentamiento global. 

En palabras de sus autores, estos resultados se alinean con el llamado de organismos como la OMS y la ONU a acelerar la transición energética en áreas urbanas y rurales.