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Pablo Antolín señaló que “a los países no les decimos esto es lo que hay que hacer, les decimos ustedes tienen objetivos, estos son lo que han hecho otros países, estos son las condiciones y los mecanismos en los cuales hemos visto que funcionan”. Además, afirmó que “en todos los países se discute reformar el sistema de pensiones. No existe ni un solo país que esté contento con su sistema de pensiones” y apuntó que lo más importante a la hora de pensar en cambios a los modelos previsionales es tener en cuenta que el objetivo es cómo mejorar las pensiones.

Para el economista, con una tasa de retorno de 5%, un 10% de contribución, incluso aunque la gente contribuya 40 años, es imposible tener tasas de reemplazo más allá del 40%. “Los números no dan y no van a dar nunca”, señaló. Por eso, indicó que es fundamental contribuir más y por más tiempo, aumentando la cobertura y reduciendo las lagunas previsionales.

Antolín reiteró en la necesidad de enfocarse en objetivos concretos en los caminos para reformar los sistemas de pensiones. En ese sentido, calculó que, por ejemplo, si se quisiera una tasa de reemplazo del 50% con una probabilidad del 75% -es decir, que un 25% de las personas nunca la alcancen-, se requeriría un 13% de contribución. Dijo que si se persigue alcanzar esa misma tasa de reemplazo, pero que solo el 10% de la población no la logre recibir, se necesitaría un 18% de ahorro. En tanto, para una tasa de 70% y donde el 90% la obtenga, la contribución requerida sería del 25%.

Al respecto, el académico del Departamento de Economía, Óscar Landerretche sostuvo que “Va a ser muy difícil que avancemos hacia reformas de cualquier tipo, si es que continuamos con una discusión pública y actores públicos que están como peleados con la aritmética”. Según el economista las personas no castigan a los actores públicos que les dicen que pueden tener todo, “no contribuir, no ahorrar y tener buenas pensiones” y lo planteó de esta manera: “No importa el color del gato, sino que case ratones. No importa el color del gato, sino que genere buenas pensiones”.

Para centrarse en esa mirada, “hay que sacarse de la cabeza el fetichismo por los instrumentos” dice Landerretche, “por lo general, la gente que se vuelve fetichista de los instrumentos es porque no entiende el problema que está estudiando” y añadió que “usualmente denota alguien que está básicamente tratando de hacer un punto político para una audiencia poco informada”. Por el contrario, manifestó que “la gente que entiende los sistemas, por lo general se da cuenta de que hay opciones, de que hay distintas variantes y de que se puede optimizar con distintos diseños en función del objetivo”.

Landerretche advirtió que “estoy un poco pesimista de que vamos a poder avanzar en la discusión, si es no salimos de esa dinámica”.

Fuente: Diario Financiero, 13 de agosto de 2024.