Viernes 26 de Diciembre de 2025
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[Columna de opinión] La economía global en 2026: reglas en redefinición

En su columna de opinión, publicada en El Mercurio, la profesora Eugenia Andreasen analiza el escenario económico de 2026, cuando se enfrentan nuevas reglas: aranceles del 10%, una política exterior transaccional y con la IA jugando un rol protagónico.
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De cara a 2026, el contexto internacional está marcado por un cambio en las reglas de juego bajo las cuales operan economías, empresas y mercados. Las instituciones y prácticas que estructuraron la economía global en las últimas décadas enfrentan hoy mayores tensiones, y fricciones en comercio, geopolítica, mercados financieros y tecnología condicionan crecientemente la toma de decisiones económicas.

En comercio internacional, la introducción de aranceles discrecionales bajo la administración de Trump marcó un punto de inflexión. Los aranceles efectivamente implementados rondan hoy el 10%, un nivel inferior a los anuncios iniciales, pero económicamente relevante y con asimetrías importantes. Pese a ello, no se han observado respuestas retaliatorias generalizadas; más bien, la mayoría de los países ha optado por minimizar los impactos mediante negociaciones bilaterales. Si bien la actividad ha mostrado una resiliencia relativa hasta ahora, se esperan efectos hacia 2026, en un escenario que sigue abierto y sujeto a redefiniciones.

En paralelo, desde 2025 las reglas de la política internacional comenzaron a operar bajo parámetros distintos a los que prevalecieron durante décadas. Este cambio está estrechamente vinculado a una política exterior más transaccional en Estados Unidos, que ha reconfigurado su aproximación a los marcos multilaterales y a las alianzas de seguridad históricas hacia relaciones más contingentes. Esta lógica se expresa en una combinación poco convencional de iniciativas de pacificación con resultados dispares y un uso más activo de instrumentos económicos, diplomáticos y coercitivos.

A este escenario se suma la inteligencia artificial como un cambio tecnológico con potencial disruptivo, que está reordenando expectativas, decisiones de inversión y la valoración de activos financieros. El optimismo en torno a su capacidad para impulsar productividad, inversión y crecimiento ha sostenido alzas en los mercados de capitales y una expansión de la inversión asociada. Al mismo tiempo, persiste la inquietud de que estos beneficios estén siendo anticipados en exceso, elevando el riesgo de valoraciones frágiles si los avances tangibles demoran en consolidarse.

Es en este contexto que asume un nuevo gobierno en Chile. El punto de partida externo es, en principio, favorable: precios del cobre elevados y condiciones financieras internacionales más holgadas. Sin embargo, para una economía pequeña y abierta, maximizar los beneficios de este escenario exige leer con cuidado un entorno internacional donde las reglas del comercio, las finanzas y la política internacional se han vuelto menos estables y más estratégicas.

Fuente: Economía y Negocios de El Mercurio, 26 de diciembre de 2025.