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13 Marzo, 2009

Frente a la crisis ¿bajar el IVA?

Parlamentarios de diversas bancadas han propuesto reducir el IVA para estimular el gasto y así no caer en recesión

Parlamentarios de diversas bancadas han propuesto reducir el IVA para estimular el gasto y así no caer en recesión. Es más yo mismo en algún momento he abogado por reducir el IVA frente a enfriamientos económicos. Sin embargo, el Ministro Velasco dice no estar considerando tal medida; y llama la atención que entre las 16 medidas recién propuestas por Sebastián Piñera tampoco figure la reducción del IVA. Después de reflexionarlo más, concuerdo con Velasco y Piñera, que bajar el IVA no es una buena medida para enfrentar esta crisis.


Se puede bajar el IVA de dos maneras, transitoriamente o en forma permanente. Ambas tienen problemas. Si se redujera el IVA en forma transitoria, efectivamente habría cierto incentivo a adelantar compras, comprando más hoy que mañana, cuando el IVA este más alto. Sin embargo, como un IVA menor abarata todas mis compras, también puede inducir a que ahorre la diferencia, y no gaste más. De hecho, la evidencia de recortes transitorios en los impuestos sugiere que solo la mitad va a mayor gasto, la otra mitad a mayor ahorro. De tal modo, que una reducción, digamos de un punto en el IVA, reduciría los ingresos fiscales en US$ 700 millones, pero sólo estimularía el gasto en US$ 350 millones.


Dos políticas asegurarían un mucho mayor estímulo fiscal para ese mismo sacrificio tributario. Una es darle US$ 700 millones a la mitad más modesta de la población, como se hizo (en menor cantidad) en el bono de marzo. En efecto, por transitorio que sea, sus necesidades son tales que gastarán todo incremento en sus ingresos. Alternativamente, el fisco puede elevar su gasto directamente en ese monto, gastando, por ejemplo, en mayores obras públicas o viviendas sociales, componente central del Plan de Estímulo Fiscal aprobado dos meses atrás (cosa que Rolf Luders recomendó en una columna recién como la forma más eficaz de asegurar ese gasto).
 
Y ¿qué de una reducción permanente del IVA? Como el gasto sube con mayores ingresos permanentes, y la reducción del IVA sería permanente, ello sí induciría un mayor gasto privado (casi) equivalente. Sin embargo, aparte de su financiamiento, la reducción permanente del IVA tiene un serio problema distributivo. La mitad del recorte o sea, US$ 350 millones de bajar el IVA en un punto, iría al quintil más rico (cerca de US$ 450 por hogar), pues su consumo es la mitad del gasto en la economía. En cambio, la mitad de la población, cuyo gasto es menos del 25% del consumo nacional, se beneficiaría en apenas US$ 150 millones, o sea, en aproximadamente US$ 50 por hogar. De ahí que sea preferible lograr el mismo estímulo fiscal, sin este efecto distributivo regresivo, dándole un bono permanente parejo a todo hogar de US$ 175 (US$ 700 millones dividido por 4 millones de hogares).


Tienen razón, pues, a mi parecer el Ministro Velasco así como Sebastián Piñera, en no proponer una reducción del IVA para enfrentar esta crisis. Puede que para otros fines eso sea deseable, pero no como forma de enfrentar la crisis.