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2 Abril, 2008

J. Ramos: INTERVENCIÓN DEL DÓLAR: ¿SI NO AHORA, CUANDO?

(La Segunda 01/04/08) El tipo de cambio es un precio clave para la economía

(La Segunda 01/04/08) El tipo de cambio es un precio clave para la economía. Pero ¿cuál es su valor de equilibrio? ¿los $445 de hoy, los $500 de principios de año o los $743 de exactamente 5 años atrás? Por cierto, en un sentido literal todos esos precios son precios de “equilibrio”, pues equilibraron la compra y venta de divisas de ese día. Sin embargo, la pregunta verdadera para la política económica ¿es si el valor del tipo de cambio de hoy día es el precio de equilibrio de largo plazo? En efecto, mientras más se desalineara de su valor de largo plazo, más daño hará a productores nacionales, que deben vender su producción a precios que compiten contra las importaciones a precio del dólar de hoy y no al de equilibrio de largo plazo. Cosa similar ocurre con los exportadores de productos no tradicionales, cuyos precios internacionales no han subido mayormente.


Dos evidencias indican que el tipo de cambio actual está bastante por debajo de su valor de equilibrio de largo plazo. Primero, el tipo de cambio de largo plazo es ese que regiría, entre otras cosas, si el precio del cobre estuviera en su valor de largo plazo, US$ 1,37 según los expertos (septiembre de 2007). A título de ilustración (pues habría que corregir por la política de superávit estructural) en 2004 con un precio del cobre de US$ 1,29 la libra, el tipo de cambio promedió $610. Una segunda manera de aproximar el tipo de cambio de equilibrio de largo plazo es ver a cuánto ascendería en pesos de hoy el tipo de cambio real que rigió en relación a nuestros principales socios comerciales durante la época de oro de la economía chilena, 1986-97. Este cálculo da un tipo de cambio en pesos de hoy cercano a los $590. Estas dos vías sugieren un desalineamiento de 25% del tipo de cambio. De persistir, pues, se arriesga, a nivel microeconómico, la sobrevivencia de muchas actividades provechosas a largo plazo para el país pero no rentables al tipo de cambio vigente así como, a nivel macroeconómico, la posibilidad de volver a crecer a tasas de 6%.


¿Qué hacer? Los más extremos arguyen que el Banco Central no puede afectar el tipo de cambio real, pues esta depende en última instancia de factores reales como nuestra productividad, el nivel de ahorro doméstico, etc. De ahí que toda intervención sería necesariamente ineficaz. El problema con este argumento es que cuestiona la posibilidad de afectar el tipo de cambio real de largo plazo cuando de lo que se trata es  de acercar, y no alejar, el valor de corto plazo a su valor de largo plazo.


Para intervenir habría que reconsiderar el uso de dos instrumentos, actualmente en manos del Banco Central, pero en desuso. Uno es el encaje a la entrada de capitales de corto plazo. En efecto, el Banco Central ha estado elevando la tasa de instancia monetaria en los últimos 9 meses, no para bajar el tipo de cambio, si no para frenar que shocks de oferta en alimentos y energéticos contagiaran a los demás precios de la economía, desatando así un espiral inflacionario. Por su parte, el Federal Reserve de USA ha bajado fuertemente su tasa de interés, no para depreciar el dólar, sin no para estimular la demanda frente a signos recesivos. Mas el efecto secundario de ambos movimientos ha sido bajar fuertemente el valor del dólar en Chile. El encaje pretende aislar estos efectos, haciendo poco rentable el ingreso de capitales simplemente por fines de aprovechar brechas en las tasas de interés. Segundo, por la misma razón me parece sensato que el Banco Central compre dólares para elevar sus reservas en un monto equivalente a uno o dos meses de importaciones (US$ 4.000-8.000 millones), con lo que así también se elevaría el tipo de cambio. Finalmente, y más a largo plazo, si el problema central es que el tipo de cambio real está demasiado alejado de su valor de largo plazo, la solución de fondo es crear un mercado profundo del tipo de cambio a varios años plazo, mercado clave que falta. Esto no es fácil y toma tiempo, pero mayor razón para empezar ya.


En síntesis, se puede y se debe intervenir el tipo de cambio. No hacerlo es convertir este período de bonanza en los precios internacionales de nuestras principales materias primas en un zapato chino, de crecimiento constreñido, para el resto de nuestra economía.