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(Diario Financiero 20/05/08) Si usted tuviera listar el conjunto de variables según las cuales debiéramos evaluar a Chile Solidario. ¿Qué diría? ¿El impacto en empleabilidad? ¿Indicadores de salud? ¿Alcoholismo y maltrato intrafamiliar? Si tuviera que listar las variables para evaluar las subvenciones escolares. ¿Qué diría? ¿Simce? ¿Su nivel o variación? ¿Eso es lo único que tenemos que usar? ¿Qué indicadores usaría usted para evaluar la política de vivienda? ¿Metros cuadrados? ¿Conectividad? ¿Áreas verdes? ¿Y el plan Chile Emprende? ¿Y sus rebajas o alzas tributarias favoritas? ¿Cuáles son los indicadores que esas políticas debieran lograr? ¿En que plazo debieran cumplirse esos objetivos? ¿Quién debe hacer el seguimiento? ¿Ante quién debe reportarse? ¿Existen los datos? ¿Son públicos esos datos?

No se si me sigue
Existe un conjunto de políticas públicas en las que no es evidente, aún para grupos relativamente ilustrados de personas, cuales son las variables que debieran impactar y en que plazo debiese observarse el impacto. Tampoco es evidente cuando serán evaluados y si es posible hacerlo con los datos disponibles hoy. El Consejo Asesor Presidencial de Trabajo y Equidad, en el trabajo de sus cuatro comisiones se encontró reiteradamente con este problema en diferentes temas de política pública: desde microemprendimiento hasta sectores vulnerables; desde capacitación hasta negociación colectiva. En todas partes es evidente que no tenemos un método para la proposición, evaluación y seguimiento de las políticas públicas. No tenemos los datos. No tenemos las evaluaciones. No tenemos metodologías experimentales. Si tenemos opiniones taxativas que son proferidas con gran pachorra. Eso si tenemos.

No tenemos un método público. Ello genera desorden en la discusión sobre políticas. Y como a río revuelto, ganancia de pescadores, en medio de ese desorden la opinión de quienes han hecho estudios (o los han leído) vale lo mismo de quienes opinan solamente desde sus predecibles sesgos ideológicos. Vale lo mismo tener datos que no tenerlos, vale lo mismo levantar sospechas que evaluar, vale lo mismo hacer declaraciones de intenciones que hacer propuestas específicas… en fin.

Como este problema aparecía en casi todos los temas que trató el Consejo, decidimos agrupar las propuestas al respecto en una sección que proponga un marco o, si se quiere, un conjunto de requisitos para una discusión pública más eficiente y con mayor honestidad intelectual. Quiero aprovechar esta columna para destacar esa sección del Informe Final del Consejo. La sección se puede encontrar en el sitio en red del Consejo (www.trabajoyequidad.cl), bajando el Informe y se llama Metodología de las Políticas Públicas. Lo que se sugiere allí son cambios en la forma en que se proponen y discuten políticas públicas en nuestro país, con el objeto de incrementar la eficiencia de la discusión pública, la efectividad de la gestión estatal y la frecuencia de la rendición de cuentas.

En resumidas cuentas se propone que toda propuesta de política pública deba señalizar cuales son los indicadores contra los que debe ser evaluada y cuales son los plazos para lograrlos. Se propone que todo proyecto deba incluir en su presupuesto los recursos para contratar evaluaciones (ojalá varias y con sesgos políticos diferentes) y para levantar los datos requeridos. Además se sugiere establecer un procedimiento claro para la evaluación de impacto de las políticas públicas con plazos precisos para la licitación de las evaluaciones y la difusión de sus resultados.

Pero hay más
Se propone que todo proyecto sea sometido a comentarios públicos y que dichos comentarios sean respondidos en forma pública usando la red. Se sugiere otorgar grados de independencia importantes a la agencia encargada de licitar dichas evaluaciones (concebiblemente una agencia de calidad de las políticas públicas). Se sugiere el establecimiento de una red de observatorios de políticas públicas encargados de recopilar y preservar las disgregadas bases de datos relevantes en cada área temática. Se sugiere el establecimiento de un procedimiento general para la implementación experimental de políticas públicas. Se sugiere, además, que se proceda aceleradamente con el proceso de fortalecimiento y reforma del INE.

Los invito a leer esa sección del Informe, una sección que llama también a reflexionar sobre como hacemos las cosas. Es posible que si mejoramos el como hacemos las cosas, mejoren a su vez la calidad de las cosas que hacemos. Si, estoy seguro que algún sabio de la montaña dijo algo por el estilo.