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12 Mayo, 2008

R. Bergoeing: ANÁLISIS Y PROFECÍAS MACRO

(La Tercera, 03/05/08) Si usted espera que profetice el valor futuro de las principales variables macro, no siga leyendo

(La Tercera, 03/05/08) Si usted espera que profetice el valor futuro de las principales variables macro, no siga leyendo. No es por mala voluntad, es porque no es posible. Lo que sí haré es usar la teoría económica y la evidencia empírica para acotar el rango en el que estas variables deberían, la mayor parte del tiempo, ubicarse. Ese rango, particularmente en tiempos turbulentos como los actuales, es más amplio que el que muchos están dispuestos a aceptar. Es, sin embargo, lo que dado el estado actual del arte, nuestra profesión puede ofrecer. Por ejemplo, en el IPoM de enero pasado, el Banco Central proyectó un crecimiento entre 4,5% y 5,5%. La probabilidad asociada a este escenario según su propio modelo es sólo 20%. Y si exigimos una probabilidad de ocurrencia del 90%, debemos aceptar que la inflación se ubicará durante los próximos 24 meses entre 0,2% y 6,0%. Hoy, lo relevante es que los rangos han aumentado.


Así, la contribución principal del análisis económico es explicar las causas y los efectos de los escenarios de riesgo enfrentados; la de las proyecciones es asignar probabilidad a la ocurrencia de estos escenarios. Le diré, por lo tanto, lo que desde el análisis económico sabemos y no sabemos con respecto a la dirección que seguirán las cuatro variables macro principales: crecimiento, tasas de interés, inflación y dólar. 


Partamos por el crecimiento. Chile crecerá 4% máximo durante 2008. ¿Por qué? Esa es, según mi estimación, nuestra tasa tendencial actual. Por una baja base de comparación y por un ciclo expansivo mundial – el mundo tuvo su periodo más dinámico en 4 décadas durante el último lustro – pudimos superar el 5% desde 2005. Pero hoy el mundo está volviendo a la normalidad y hay riesgo de que inicie un periodo de estancamiento, bajo 3%. Es decir, si el ciclo no nos ayuda, creceremos bajo 4%. El sesgo es en esta dirección. 


Sigamos con las tasas. Somos un país en desarrollo, pequeño e integrado: nuestras tasas seguirán a las de EEUU con una brecha de entre 150 y 250 puntos base. Transitoriamente la FED ha optado por bajar agresivamente su TPM, pero más pronto que tarde – según esta semana ella misma sugirió - volverá a ubicarla cerca de 4,5%, fijando la nuestra entre 6% y 7%. Descuente la inflación esperada, en general de 3%, y agregue 10 puntos base por año de duración a los BCU para obtener nuestras tasas reales de mercado. Vuelva a agregar la inflación esperada y tendrá los BCP. Es decir, hoy las tasas tienen poco espacio para bajar. Y dados los riesgos inflacionarios, su sesgo es al alza.


Veamos entonces qué podemos esperar para la inflación. El Banco Central acumuló reputación hasta comienzos de 2000. Desde entonces la inestabilidad global y algunos errores de política doméstica han empeorado sus calificaciones. Hoy la inflación alcanza 8,5%, aunque más de 5 puntos se explican por el aumento del precio de los alimentos y combustibles. Seguramente estos bienes no seguirán encareciéndose a esas tasas, pero tampoco bajarán sustancialmente. Las variables relevantes para la inflación futura serán domésticas entonces, tanto por el mayor gasto, como por la indización vía UF y los elevados costos laborales, ausentes desde la crisis asiática. Además, existe el riesgo de un desajuste de las expectativas. La inflación anualizada por lo tanto estará bajo el 8,5% actual pero sobre el 4,5% que espera el Central. Cuánto más cerca del techo o del piso dependerá de los factores ya mencionados, aunque creo que el sesgo es, desde abajo, hacia el centro de ese rango.


Terminemos con el tipo de cambio. Un dólar de largo plazo, con su valor mundial y el precio del cobre en niveles normales, se ubica entre $540 y $560. El histórico valor que ha alcanzado el metal y las expectativas de entrada de divisas que ello genera, lo botó hasta $510; y la caída del dólar en el mundo lo empujó hasta $460, su valor actual. Hacia delante, sin embargo, el dólar debería empezar a recuperar terreno en el mundo. Sabemos que las tasas no seguirán cayendo en EEUU y que el estancamiento económico, hoy centrado en Norteamérica, se generalizará. Por ambas razones el dólar subirá. Con todo, ceo que terminará el año sobre los $480 y con un sesgo al alza.


Este mes el Banco Central presentará su segundo IPoM del año. Veremos si la autoridad apoya estos escenarios, pero más importante, sabremos qué probabilidad les asigna.